Desde nuestra personalidad, nos encontramos con lo que en el Eneagrama llamamos las pasiones, éstas son percepciones oscurecidas de nuestra realidad subjetiva, que achica nuestra comprensión y se convierten en mecanismos de defensa y automatismos disuasorios que nos impiden la conexión con nuestra aspecto mas esencial. Pertenecen al centro emocional inferior, y vamos a ver en este post y los próximos, diferentes pasiones desde una perspectiva No Dual, que nos ayude a entenderlas mejor, entendernos mejor nosotros mismos, y una idea para trabajar con ellas y evolucionar este centro.
Hoy hablamos del Orgullo, pasión del Eneatipo 2 del Eneagrama, pero que de alguna manera también esta en cada uno de nosotros.
En el lenguaje común, el orgullo es a menudo considerado como una "cosa
buena". Sin embargo, si le echamos un buen vistazo, veremos que, al igual
que todos las demás pasiones,
el orgullo carece de amor. En consecuencia, es esencialmente destructivo. El
orgullo puede tomar las formas de la sobre-valoración, la negación, jugar a
ser el mártir, la terquedad, ser arrogante, jactancioso, fatuo, un echado
adelante, altivo, más santo que tú, vanidoso, centrado en sí mismo,
complaciente, distante, engreído, presuntuoso, pre-juzgador, intolerante,
piadoso, despectivo, egoísta, implacable, malcriado, rígido, condescendiente,
crítico, y en formas más leves, cuadriculado.
El orgullo intelectual conduce a la ignorancia, y el orgullo espiritual es
el principal bloqueo para el desarrollo espiritual y la maduración en todo el
mundo. El orgullo religioso por auto-identificación con los justos y el "tener el
único camino verdadero" es la base de todas las guerras religiosas,
rivalidades, y tristes acontecimientos tales como la Inquisición. El mayor
inconveniente de todos es el orgullo religioso y considerarse uno mismo
autorizado para matar a los que no comparten las creencias concretas de
cada uno.
En todos nosotros, la sensación orgullosa, "tengo las respuestas",
bloquea nuestro crecimiento y desarrollo. Para poder trabajarlo, es interesante que la parte egotista
de la mente esté dispuesta a identificar y sacrificar toda idea que parte de la personalidad
por su propio bien.
En lugar de admitir que estamos equivocados, la gente literalmente dará la vida de su propio cuerpo y sacrificará cualquier aspecto de la vida en el altar del orgullo (por ejemplo, las guerras religiosas y las cruzadas). El orgullo masculino acerca de los programas mentales que nuestra sociedad considera lo masculino, bloquean el desarrollo interno emocional y psicológico de la mayoría de los hombres en nuestra sociedad. Algunas mujeres se están uniendo ahora a las filas del feminismo, lo que sólo agrava el problema e intensifica la dualidad de sexos negativamente.
En lugar de admitir que estamos equivocados, la gente literalmente dará la vida de su propio cuerpo y sacrificará cualquier aspecto de la vida en el altar del orgullo (por ejemplo, las guerras religiosas y las cruzadas). El orgullo masculino acerca de los programas mentales que nuestra sociedad considera lo masculino, bloquean el desarrollo interno emocional y psicológico de la mayoría de los hombres en nuestra sociedad. Algunas mujeres se están uniendo ahora a las filas del feminismo, lo que sólo agrava el problema e intensifica la dualidad de sexos negativamente.
La Vulnerabilidad del Orgullo.
La persona orgullosa está constantemente a la defensiva debido a la
vulnerabilidad de la inflación y la negación. Por el contrario, la persona
humilde no puede ser humillada porque son inmunes a la vulnerabilidad, al
haber dejado el orgullo. En su lugar, tienen seguridad interior y autoestima.
Muchas personas tratan de sustituir el orgullo por una verdadera autoestima,
sin embargo, la verdadera autoestima en realidad no surge hasta que se
abandona el orgullo. Lo que hincha al ego no se traduce en fortaleza interior.
Por el contrario, aumenta nuestra vulnerabilidad y nivel general de miedo.
Cuando estamos en un estado de orgullo, nuestra energía se disipa debido a
la preocupación constante por defender nuestro estilo de vida, vocación,
barrio, ropa, año y marca del automóvil, ascendencia, país, sistemas de
creencias políticas y religiosas. Hay una preocupación incansable por la apariencia y por lo que las demás personas piensen, por ello existe una
constante vulnerabilidad a las opiniones de los demás.
Cuando el orgullo y la auto-imagen-inflada han sido rechazados, hay
una seguridad interior que toma su lugar. Cuando ya no nos sentimos
llamados a defender nuestra imagen, críticas y ataques de los demás
disminuyen y finalmente cesan.
Cuando dejamos nuestra necesidad de
validación o probarnos a nosotros mismos que tenemos razón, entonces los
retos frente a nosotros caen.
Esto nos lleva a una de las leyes básicas de la conciencia: Defenderse
incita el ataque. Un examen de la naturaleza del orgullo, de donde procede mentalmente, facilita el dejarlo, en
la medida en que ya no es valorado. Es visto como lo que es, en verdad:
débil. El dicho, "El orgullo precede a la caída", prevalece. El orgullo es una
fina capa de hielo, un pobre sustituto que parece roca, la verdadera fortaleza
proviene del coraje, la aceptación, o la paz.
Fuente. "Dejar ir, el camino de la entrega" del Dr David R Hawkins
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