miércoles, 26 de noviembre de 2014

GESTIONANDO CONFLICTOS MENTALES-EMOCIONALES. La coherencia entre consciente e inconsciente.





La no gestión adecuada de nuestros conflictos mentales y emocionales se produce a través de la incoherencia entre nuestro consciente y nuestro inconsciente, es cuando ocurre esto que el Inconsciente va a gestionar esto según su funcionamiento a través de un sentido biológico, y cuando esto se vive con intensidad durante un tiempo, o bien es una preocupación  continua que se perpetua en el tiempo (conversión repetitiva mínima) desencadena en lo que llamamos síntoma o enfermedad.
La no gestión de estas situaciones normalmente esconde detrás una no permisividad o negación a algún suceso en nuestra vida al que negamos, rechazamos, y juzgamos como algo que no queremos en ella. Nos permitimos muy poco que nuestra vida ocurra en todas sus expresiones, simplemente ocurra como es. No hacemos esto normalmente, para empezar lo que ocurre en la vida de los demás que están a nuestro alrededor en cualquier contexto, también está en nuestra vida, es parte de ella. Cuando hay una persona enferma, si aplicamos este prisma, la disposición mental seria de aceptación hacia su vida completamente, incluyendo su enfermedad. Pero no estamos acostumbrados a esta forma de pensar unitaria, sino a dualizarnos automáticamente, rechazando esa situación. Hemos aprendido a sanarnos a través de deshacernos de los síntomas o la enfermedad, en lugar de aprender a escucharla y acompañarla hasta ver que tiene por propósito mostrarnos de nosotros mismos. La enfermedad o sintomas siempre apunta desde nuestro Inconsciente con la intención de hacerlo consciente, ya que es en el inconsciente donde se origina.


Nos enfermamos por decisión propia, pero no somos conscientes de ello, porque esa decisión la tomamos en lo mas profundo y oscuro de nuestra mente, en ese lugar desde el que negamos la vida tal como es.La enfermedad nos indica que existe una parte de nosotros que no está aceptando la vida completamente, y desde la esencia que somos, desde el corazón y la consciencia se ven atraídas aquellas situaciones que sucedieron y que no fueron aceptadas o amadas, y vuelven a aparecer en nuestra vida en formas y situaciones diferentes dándonos una nueva oportunidad de amar aquello que rechazamos, que no es otra cosa que nosotros mismos.


Nuestro corazón consciente atrae al presente esas situaciones, ya que es el lugar donde nos puede encontrar siempre, de ahí la importancia de la presencia consciente, en lugar de perdernos en interpretación y análisis que pertenecerán siempre al pasado. De este modo nuestra consciencia siempre tiene una nueva oportunidad para ver que realmente todo es amor, todo es unidad, y tu vida solo quiere mostrártelo, a pesar de nuestras interpretaciones que interceden en ese proceso. 



En nuestra vida suceden muchas situaciones que nosotros no queremos que sucedan, las rechazamos, pero nuestra vida las trae de nuevo porque al contrario que nosotros ella no les teme, las incluye, es por esto que cuando nos empeñamos en rechazar o negar lo que ocurre nos sentimos tan mal, es lógico, ya que es el resultado de elegir algo opuesto a lo que nuestra vida hace. Entonces nos sentimos solos e incomprendidos. No hay coherencia ninguna en esto, que sentido tiene negar lo que estoy sintiendo si lo estoy sintiendo? Rabia, tristeza, miedo...lo que sea. No hay coherencia ninguna en sentir algo y pensar que no lo estoy sintiendo o no lo quiero sentir. Cuando te permites simplemente sentir aquello que estas sintiendo, entras en un espacio de coherencia, que tu mente se encarga de reconfigurar sin tener que utilizar el inconsciente para mandarte "avisos" en forma de síntomas o enfermedad.Y por supuesto no hagas caso a tus interpretaciones mentales sobre que sentir esta emoción o aquella es sufrir, la emoción como su propio origen etimológico indica es "energía en movimiento", no lo que crees que es al darle el valor como malo o bueno. No es una cuestión de como hacerlo o si sabré o no, si de asumirlo y experiméntarlo, abre un espacio nuevo en tu consciencia a la coherencia.

viernes, 14 de noviembre de 2014

EL ARTE DE DESAPRENDER Y APRENDER. La vuelta al origen.





El aprendizaje es un motivo de vida en el ser humano, pero que ocurre cuando nos damos cuenta que lo aprendido no me sirve, no me optimiza, sino mas bien me limita, principalmente por las creencias aprendidas y almacenadas en lo mas profundo del subconsciente, que se automatizan y nos hacen permanecer inconscientes ante este funcionamiento de piloto automático.
Aprender es un proceso por el cual adquirimos una determinada información y la almacenamos para poder usarla cuando nos haga falta. La Neurociencia Aplicada a la Educación nos dice que hay dos tipos de aprendizajes: uno de corta y otro de larga duración.
El primer modelo se usa para cosas como la lista de la compra, tareas para hoy y cosas que no necesitan estar recordándose continuamente. El segundo modelo nos sirve para memorizar conocimientos que vayamos a utilizar habitualmente e instalar creencias.
El cerebro humano está diseñado para aprender; en forma constante y silenciosa, se van labrando nuevos circuitos por acción de la experiencia, desde antes de nacer y a lo largo de todo el ciclo vital. El cerebro humano se apropia de la experiencia, la elabora, la archiva y, al conocerla, la modifica.
El cerebro humano es un sistema estructural y funcional diseñado para recibir información, integrarla de modo flexible y creativo y elaborar conductas destinadas a la adaptación. Para ello, está configurado en forma de módulos funcionales altamente dinámicos, constituidos por células interconectadas que realizan una sofisticada mensajería química y física dentro del cerebro y con el resto del organismo.
 El cerebro humano posee dos características que lo diferencian del resto de los cerebros en la escala biológica: una maduración lenta y laboriosa, que se lleva a cabo durante las dos primeras décadas de la vida, sobre todo en la primera, y una amplia y ávida apertura a la experiencia, la cual lo va modificando durante esos fructíferos veinte primeros años; esta característica se denomina “plasticidad cerebral”, término que alude a una gran versatilidad de la estructura y funcionalidad cerebrales.
De este modo sabemos que la fisiología de nuestro cerebro es cambiante,   es reprogramable, por lo tanto podemos desaprender lo aprendido y cambiar la información.
El desaprendizaje como proceso no tiene final, y como forma no es lineal sino espiral. Es el acto de darse cuenta, observar y reconocer las creencias limitantes y pasar a la acción consciente. Es volver a la esencia, para escucharla, sentirla y dejar que sea.
En principio, podemos decir que hay condicionantes para el desaprendizaje, que quizá pueden en algún momento ser un obstáculo pero que si reconocemos cual es su real incidencia, pueden fácilmente sortearse:
* Nuestra Biología,
* El Contexto donde nacimos
* La Historia personal
* La emocionalidad
* Los juicios e interpretaciones de la realidad
Sin embargo, los más peligrosos enemigos del desaprendizaje, son creencias instauradas que actúan como una verdadera barrera, difícil de franquear.

•  Incapacidad de reconocer que hay cosas    que aún no sabemos. 
•  Rigidez para salir de nuestras propias Creencias. 
•  Dificultad de pedir ayuda y permitir que otros nos orienten como a ellos en su dia. 
•  El rechazo a desarrollar la paciencia del proceso y la aceptación consciente.

En ese sentido, no debemos perder de vista que nuestras creencias sobre “lo posible”, no son ni mejores ni peores, solo es nuestra interpretación subjetiva del mundo.
Basta revisar la historia para ser conscientes de “cuantos imposibles” hoy son posibles.
Al pensar en el desprendizaje, rastrear nuestras creencias  es el primer paso si queremos reprogramarnos, un ejemplo de creencias inconscientes aprendidas serian por ejemplo estas:
- No sé hacerlo, para mi eso es imposible.
-Yo soy así y no puedo cambiar.
- Nadie me puede ayudar.
- Tengo que tenerlo claro todo el tiempo sino no sabré.
Todo lo que pienso no lo puedo cambiar. Y así infinidad de creencias mas...
Desaprender, es volver a aprender, reprogramar, es permitirnos  un paradigma distinto, ya que al desaprender nos estamos abriendo a la posibilidad de vivir en una nueva conciencia, donde el enfoque es hacia el interior, y donde nos damos cuenta de que somos responsables de como vivimos nuestra vida.
Desaprender es un milagro, que la vida nos ofrece día a día, para conectarnos con nuestra esencia olvidada.
Esto es un proceso de muerte-renacimiento de nuestra personalidad a la que tan arraigados estamos, y la honestidad y la absoluta decisión consciente de llevarlo a cabo son herramientas indispensables en el proceso.
Tanto, que no puede forzarse, no puede tener lugar a menos que quien emprenda este camino, acepte poner en dudas, las creencias que defendió hasta aquí, cuestionando los pensamientos y los sentimientos que le dieron sentido.
Cuestionar nuestras creencias no es negarlas, es ver su efectividad hoy, confrontarlas con la realidad y elegirlas, modificarlas o desecharlas, en la medida que nos ayuden a estar mejor.
Una cita de Jesús decia: “Para entrar en el reino de los cielos, deberéis ser como niños de nuevo”. Metafora que como siempre, utilizaba para indicarnos cosas como las comentadas.





miércoles, 5 de noviembre de 2014

ABRIRSE A VIVIR EL INSTANTE PRESENTE. Un nuevo espacio en la Consciencia.

 Los seres humanos vivimos generalmente con miedo a la vida, hay un miedo a perder nuestra relación de pareja, a no encontrar esa pareja que nos gustaría, a no tener dinero, trabajo o vete a saber cuantas cosas mas. Es una forma de pensar que genera sufrimiento, disociación y búsqueda en algo externo que nos pueda completar. 
Necesitamos esa búsqueda, inconsciente normalmente que creemos nos va a completar, pero es imposible sentirnos completos con algo externo a nosotros, principalmente porque eso que busco lo veo como algo que no forma parte de mi, sino que me valdría para ayudarme en “la busqueda”.

No nos damos cuenta que todo lo que esta en nuestras vidas, forma parte de ella, ya está en nosotros, porque está en nuestra vida, aquello que vemos que no nos gusta, que negamos o rechazamos esta en nuestras vidas, si no no lo veríamos, por lo tanto forma parte de nosotros, de nuestra vida, y no tiene nada de malo. 
Hay una tendencia a irnos de nuestra vida, negando el momento que estamos viviendo, negando el instante presente porque interpretamos que no nos va bien sentir esto o aquello, esta situación o la otra, es un rechazo continuo a nuestra vida, a nosotros mismos. 

Hay un espacio diferente en la conciencia, no estamos acostumbrados a él, pero es el espacio que puede sacarnos de la insatisfacción continua en la que vivimos, se llama coherencia, la coherencia es abrirse completamente a vivir y sentir aquello que estas viviendo en este instante, tus emociones, tus pensamientos, tus dudas, todo ello está en ti, forma parte de tu vida, no tiene ningún sentido negarse a vivir lo que está ocurriendo en tu vida en este instante. Cuando me abro a vivir este instante, entro en coherencia al no buscar sentir algo que no estoy sintiendo, y paso a asumir completamente la responsabilidad de lo que está ocurriendo en mi, no necesito interpretar nada, no necesito entender nada, ya que esto sigue siendo una búsqueda de algo que genera conflicto, sufrimiento.
La necesidad de buscar una interpretación que nos satisfaga no es mas que una huida del presente, somos muy conceptuales, y queremos conceptualizar todo, pero todo lo que pienso desde este prisma está basado en mis archivos, en mi pasado, por lo tanto no encuentro ningún espacio nuevo en mi conciencia que me permita un cambio de frecuencia en el sistema de pensamiento.

Para mí este fue un gran descubrimiento, que me permitió ver el caos mental que implica vivir con miedo mi vida, ¿Puedes imaginar el caos mental que esto conlleva? Un ser humano viviendo con miedo su vida! Y lo hacemos sin apenas darnos cuenta. Cada vez que rechazamos o negamos algo es un miedo a encontrarme con las emociones que ello me genera y por lo tanto están en mi y que no estamos dispuestos a sentir.
Entonces pude ver y entender que aquello que estoy haciendo aquí en el mundo, no es otra cosa que aprender a amar, aprender a amar mi vida completamente.