La no gestión adecuada de nuestros conflictos mentales y emocionales se produce a través de la incoherencia entre nuestro consciente y nuestro inconsciente, es cuando ocurre esto que el Inconsciente va a gestionar esto según su funcionamiento a través de un sentido biológico, y cuando esto se vive con intensidad durante un tiempo, o bien es una preocupación continua que se perpetua en el tiempo (conversión repetitiva mínima) desencadena en lo que llamamos síntoma o enfermedad.
La no gestión de estas situaciones normalmente esconde detrás una no permisividad o negación a algún suceso en nuestra vida al que negamos, rechazamos, y juzgamos como algo que no queremos en ella. Nos permitimos muy poco que nuestra vida ocurra en todas sus expresiones, simplemente ocurra como es. No hacemos esto normalmente, para empezar lo que ocurre en la vida de los demás que están a nuestro alrededor en cualquier contexto, también está en nuestra vida, es parte de ella. Cuando hay una persona enferma, si aplicamos este prisma, la disposición mental seria de aceptación hacia su vida completamente, incluyendo su enfermedad. Pero no estamos acostumbrados a esta forma de pensar unitaria, sino a dualizarnos automáticamente, rechazando esa situación. Hemos aprendido a sanarnos a través de deshacernos de los síntomas o la enfermedad, en lugar de aprender a escucharla y acompañarla hasta ver que tiene por propósito mostrarnos de nosotros mismos. La enfermedad o sintomas siempre apunta desde nuestro Inconsciente con la intención de hacerlo consciente, ya que es en el inconsciente donde se origina.
Nos enfermamos por decisión propia, pero no somos conscientes de ello, porque esa decisión la tomamos en lo mas profundo y oscuro de nuestra mente, en ese lugar desde el que negamos la vida tal como es.La enfermedad nos indica que existe una parte de nosotros que no está aceptando la vida completamente, y desde la esencia que somos, desde el corazón y la consciencia se ven atraídas aquellas situaciones que sucedieron y que no fueron aceptadas o amadas, y vuelven a aparecer en nuestra vida en formas y situaciones diferentes dándonos una nueva oportunidad de amar aquello que rechazamos, que no es otra cosa que nosotros mismos.
Nuestro corazón consciente atrae al presente esas situaciones, ya que es el lugar donde nos puede encontrar siempre, de ahí la importancia de la presencia consciente, en lugar de perdernos en interpretación y análisis que pertenecerán siempre al pasado. De este modo nuestra consciencia siempre tiene una nueva oportunidad para ver que realmente todo es amor, todo es unidad, y tu vida solo quiere mostrártelo, a pesar de nuestras interpretaciones que interceden en ese proceso.
En nuestra vida suceden muchas situaciones que nosotros no queremos que sucedan, las rechazamos, pero nuestra vida las trae de nuevo porque al contrario que nosotros ella no les teme, las incluye, es por esto que cuando nos empeñamos en rechazar o negar lo que ocurre nos sentimos tan mal, es lógico, ya que es el resultado de elegir algo opuesto a lo que nuestra vida hace. Entonces nos sentimos solos e incomprendidos. No hay coherencia ninguna en esto, que sentido tiene negar lo que estoy sintiendo si lo estoy sintiendo? Rabia, tristeza, miedo...lo que sea. No hay coherencia ninguna en sentir algo y pensar que no lo estoy sintiendo o no lo quiero sentir. Cuando te permites simplemente sentir aquello que estas sintiendo, entras en un espacio de coherencia, que tu mente se encarga de reconfigurar sin tener que utilizar el inconsciente para mandarte "avisos" en forma de síntomas o enfermedad.Y por supuesto no hagas caso a tus interpretaciones mentales sobre que sentir esta emoción o aquella es sufrir, la emoción como su propio origen etimológico indica es "energía en movimiento", no lo que crees que es al darle el valor como malo o bueno. No es una cuestión de como hacerlo o si sabré o no, si de asumirlo y experiméntarlo, abre un espacio nuevo en tu consciencia a la coherencia.
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