jueves, 26 de febrero de 2015

LOS PERSONAJES Y EL SER ESENCIAL.

Cada uno de nosotros interpreta múltiples personajes en la vida diaria, el personaje de marido o esposa, el personaje de hijo o hija, el compañero/a de trabajo, el personaje con los amigos, también en los diferentes estados de "carácter" de cada uno/a, el enfadado, el afectivo, el gracioso y así podríamos nombrar muchos mas. Este personaje esta forjado por lo que llamamos personalidad, estos personajes no son malos, negativos o rechazables, siempre que estés bien con ellos, si bien son moldeables para una mayor satisfacción de la cotidianidad de la vida. La disfunción radica en que a través de nuestro adormecimiento, no somos capaces de ver que la personalidad no es lo que somos, sino las actitudes que inconscientemente adoptamos en todas las facetas comentadas según con quien estemos o según reacciones automáticas inconscientes generadas por formas de pensar y sentir. La personalidad se adueña de nosotros sin habernos dado cuenta, y es entonces cuando interpretamos todo según la personalidad y nos vemos abocados al conflicto, que vamos a vivir en nosotros mismos lancemos la "culpa" a los demás o no de ello. Ya que siempre somos nosotros los que sentimos esas emociones y sensaciones. Sin embargo la esencia del ser que somos, sigue estando ahí, es nuestro origen, por lo tanto no puede ser eliminada, si bien se ve sepultada por capas y capas de la personalidad y sus diferentes personajes. Cuando empiezo a investigar en mi mismo/a, cuando empezamos a sentir la llamada de la esencia a ser escuchada, (casi siempre a través del sufrimiento) es cuando podemos comenzar a darnos cuenta de que el funcionamiento habitual que utilizamos no es el mas óptimo, ya que no nos sentimos bien y nos genera conflicto habitualmente. Es entonces cuando los personajes empiezan a desmontarse, esto genera miedo, y el miedo suele retrasar el proceso, que inevitablemente una vez empezado no tiene marcha atrás, el miedo que genera nos hace aferrarnos al personaje y resistirnos como si algo "malo" nos fuese a pasar, no queremos dejar que el personaje muera, con toda la fricción que eso conlleva y desgasta, pero de una forma más o menos inconsciente luchamos para que ello no ocurra.
Mientras el ser esencial que somos, se muestra por las grietas del personaje, invitándote a sentir, a observar y llevarte a una liberación del personaje que te ha sometido durante tanto tiempo. La esencia que eres no te obliga a nada, no te tiraniza, no rechaza al personaje, solo te invita a no creértelo, a que lo utilices cuando quieras sin la identificación excesiva con la que lo hacemos regularmente, a que lo moldees para aliviar la carga de este, que ya no puede mas. Entonces entramos a ese espacio más esencial, más auténtico, donde dejas de ser el miedo, la culpa, la rabia o demás emociones, para saber que sientes rabia, sientes miedo o cualquier emoción o sensación que se genere, pero tu no eres la tristeza, sino quien siente la tristeza. El personaje esto no lo ve, la esencia si, y sabe que esas emociones son parte de ella misma y no tiene nada que reprobarle, nada que rechazarle. La esencia se sabe viviendo una vida humana, y que está aquí para aprender de ella, para aprender a amar su vida completamente.

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